lunes, 13 de febrero de 2017

Trump parece un keynesiano... by Mark de Zabaleta


Los seis primeros meses suelen definir la clave del mandato de un Presidente en los Estados Unidos de América. Sucedió con el “New Deal” keynesiano de Roosevelt, y Trump no parece que se vaya a quedar a la zaga…
Proteccionismo a ultranza, menos impuestos e inversiones públicas en un siglo XXI que se había alejado mucho de las tesis de Keynes.  No parecen medidas que surjan de una lógica económica tradicional, pero es obvio que el nuevo presidente no puede ser calificado ni de tradicional ni de keynesiano…  Parece ser que quiere aplicar a nivel nacional las medidas que a él le han funcionado en sus negocios.
La cancelación del Tratado Transpacífico (TTP), acuerdo suscrito entre EEUU y 11 países del Pacífico (incluye a México, Japón, Singapur o Australia), unida a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del norte en vigor desde Enero de 1994…deja muy claro que, para Trump, la globalización es responsable directa de la pérdida de un número importante de puestos de trabajo… con lo que la solución es proteccionismo puro y duro. Y con China el escenario ya está montado…
“Compra americano, contrata americano”, ha sido su lema estrella.
Y la gran medida de relevancia es una rebaja fiscal generalizada, en una clara apuesta porque la reducción en la recaudación será compensada por el incremento del Consumo y de la Inversión, y la correspondiente recaudación fiscal, derivada de la menor presión fiscal.
Pero lo verdaderamente importante será realizar un plan muy ambicioso a nivel estatal de obras públicas, que incluye el famoso muro junto a carreteras, puentes y otro tipo de infraestructuras (educación, sanidad etc.).
La administración Trump quiere impulsar la colaboración público privada (PPP o public-private partnership) mediante la concesión a las empresas privadas de masivos créditos fiscales (llegando hasta un 80% de los desembolsos iniciales) para que inviertan casi 200 billones USD.  El gran secreto de este plan es que el gasto no afectará a los contribuyentes ya que los ingresos derivados del incremento de actividad económica compensarán el menor ingreso fiscal inicial. 
Recuerden lo que Keynes escribió en 1933 en su artículo “La Autosuficiencia nacional” : “Produzcamos en nuestro país cada vez que sea razonable y prácticamente posible, y, sobre todo, hagamos lo necesario para que las finanzas sean nacionales”.
¿Será Trump un keynesiano?

Mark de Zabaleta


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